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La curiosidad mató al...

  • ElPosmosapiens redacción
  • 11 sept 2019
  • 3 Min. de lectura


Ilustración: Adrián Borla

Por Eduardo Olmos *


¿Y también te gusta? preguntó Helena. Sí, contestó, Teresa. Entonces ¿Por qué le das tantas vueltas? ¡díselo!, No lo sé, él es el hombre, él debería decirme a mí, no yo a él.


Pasó mucho tiempo después de que dejaste de intentar amar a Teresa, realmente querías algo pero ella nunca te dio ninguna señal o al menos así lo percibiste, al contrario, era tosca y fría la mayoría de las veces, no había una verdadera razón por la cual debías seguir intentándolo, así que simplemente lo dejaste pasar y como consolación te decías “Es sólo una etapa, ya habrá alguien que me entienda, me quedo con los momentos agradables”, una consolación bastante mediocre comparada con lo que realmente pensabas. Caminaste por fuera de la plaza, hacía frío y decidiste comprar un cigarro para calentar los huesos, y como si tus pensamientos la hubieran invocado, ahí estaba, esperando a que cambiara la luz del semáforo, Teresa te vio y de inmediato te reconoció a pesar de que ahora usabas lentes. Esperó a que la luz cambiara y corrió a saludarte, tal vez lo que más te sorprendió, además de haberla invocado, es que no te sentías nervioso como hacía mucho tiempo.


¿Cuánto tiempo ha pasado sin vernos? No lo sé, creo que unos 4 años. ¿Cómo has estado? Muy bien ¿y tú? Bien, el trabajo me consume mucho. Debe ser muy pesado ¿A qué te dedicas, sigues en el negocio de tu padre? Sí, ese trabajo me consume mucho ¿Tú a qué te dedicas? Bueno...(titubea) hace un tiempo dejé de trabajar porque ahora... soy madre. ¿En serio? ¡Wow! debe ser un niño muy lindo. Es mi angelito, lo amo. Entonces ¿Te casaste? Sí, de hecho vine a la plaza a esperar a mi esposo, pero llegué media hora antes. ¿Quieres pasar al café? puedes esperarlo ahí y sirve que nos descongelamos un poco. Claro, solo le aviso que estaré dentro.

Cuando entraste al café de pronto recordaste las palabras de Helena -¿Y también te gusta?-, pero no le diste mucha importancia, pediste un americano simple, era el más rápido de servir. La plática comenzó poniéndote al día. Supiste que había terminado su carrera y que ahora eso le servía en el negocio de su padre, su aspecto intelectual te llamó la atención, además de que ahora tenía una forma de hablar más fluida, no como antes que parecía que siempre estaba nervioso. Tomaste un sorbo de café mientras lo escuchabas y seguías pensando en las palabras de Helena, tal vez habríamos sido una buena pareja. La plática continuó contigo. Hace tres años nos hicimos novios, después de 6 meses nos fuimos a vivir juntos y un año después nos embarazamos, mi bodoque tiene apenas 9 meses. Le mostraste todas las fotos que tenías de ellos y de tu niño, pero muy dentro de ti pensaste que tal vez no era lo mejor, que lo que le mostrabas tal vez le dolía (no era así).

Después de tanto tiempo creo que ahora las palabras te salen solas, quedaba claro que ya no sentías nada por ella, o al menos eso creías hasta que te dijo que se había casado, te pusiste al día, y no fue hasta después de que te mostró todas las fotos de ella y su pareja, y luego de su hijo que te vino una duda a la mente y decidiste que era el momento preciso para ella, así que como si fuera cualquier otra cosa dijiste, Quiero preguntarte algo y me gustaría que me respondieras con total sinceridad...

Adelante, dijiste. Ahora las palabras de Helena subían más y más el volumen dentro de tu cabeza...

¿Tú crees que nosotros dos hubiéramos podido ser algo más que solo amigos en aquel tiempo?..

Titubeaste ante la seguridad con la que te había dicho tal pregunta, lo pensaste dos segundos, inhalaste y respondiste...

Hubo un tiempo en el que solo esperaba que dijeras eso...

Ahora las palabras de Helena eran un concierto dentro de tu cabeza...



 

* Eduardo Olmos Estudió Ingeniería industrial en la UNAM, estudia diseño industrial en la UAM, ha representado a la UAM en diversos concursos a nivel nacional e internacional, actualmente trabaja en su propio emprendimiento. Diseñador por vocación y escritor por convicción, desde la adolescencia tuvo la inquietud de dejar por escrito algunas vivencias y compartirlas con todo aquel que guste de la lectura.

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